martes, 3 de marzo de 2015

LA IMPORTANCIA DE LA ESCUELA INFANTIL

Las escuelas infantiles necesitan ser revalorizadas, ya que en los tiempos que corren la labor que desempeñan se esta devaluando.

Los centros de educación infantil de primer ciclo (0-3 años) llevan a cabo un trabajo extraordinario con los niños/as de tan temprana edad y todo ello no sería posible sin el trabajo de educadoras competentes e implicadas con y para los pequeños.

Es necesario apreciar la importancia de las escuelas infantiles porque no son guarderías, no solo guardan o cuidan niños, sino que son escuelas que trabajan con nuestros pequeños. Las educadoras programan actividades diseñadas para conseguir un desarrollo integral de los niños/as, planifican unos contenidos, objetivos, ejes transversales, integran el desarrollo de las inteligencias múltiples, y lo más importante escuchan con los oídos, con la mirada y con el corazón las necesidades que los niños tienen, buscando soluciones. Educan a nuestros hijos, les enseñan unos hábitos, unas rutinas y unas normas de convivencia que les van a ayudar a afrontar la vida de manera más independiente, aprenden a comer de forma autónoma, a ponerse el abrigo, a permanecer sentados esperando su turno, a compartir con otros niños/as, aprenden a hacer fila, a recoger juguetes, a ordenar, a identificar sus propias características con las de los demás, aprenden a pensar por ellos mismos, a darse cuenta de sus errores, a crecer como personas… Pero también existen críticas hacia la escuela infantil, y es allí donde debemos reconocer que no todas las críticas son justas y/o argumentadas.

La escuela infantil es un lugar de socialización, por lo tanto los niños se relacionan con otros niños de su misma edad y con sus mismas características, muchas veces llegan críticas como esta: “la escuela infantil es un foco de infecciones” parémonos a pensar, si esa afirmación fuese cierta siempre estarían enfermos. Lo que de verdad está claro es que a las familias no se les prestan ayudas para conciliar la vida familiar con la profesional, trabaja el padre, la madre y los abuelos, en ocasiones no tienen otra solución más que dejar al niño en la escuela aunque no se encuentre del todo bien. Lo que ocurre entonces es que el niño/a enfermo contagia a los demás. Para poder afrontar esta situación las escuelas infantiles tienen una normativa donde están registradas cuales son las principales enfermedades infecciosas con las que los niños no pueden acudir a la escuela.

 Por otra parte los educadores/as no son médicos y ello lo digo porque los niños en estas edades son muy impredecibles, pueden estar bien durante toda la noche y ponerse mal en un momento puntual durante la mañana. Siempre se ha de tener en cuenta que las escuelas confían en la palabra de las familias. Otra de las críticas es esta: “En la escuela infantil solo van a jugar” cierto, verdaderamente cierto ¡Pero que juegos, que actividades! No van a jugar solamente, a través del juego es como se aprende, ¿o acaso nunca has retenido en tu memoria para siempre algo que hiciste con gran placer?. Los juegos que se plantean son experimentación, son vivencia, son contacto real con la vida, no es juego simplemente, manipulan materiales de uso domestico con los que aprenden, como el juego heurístico, el cesto de los tesoros… juegan con elementos plásticos, se inician en el trazo, conocen diferentes técnicas artísticas. Desarrollan estrategias de creatividad, ello les hará ser capaces de pensar por ellos mismos, de ser seres creativos, al fin y al cabo son las personas creativas las que mueven el mundo. Se inician en actividades como mirar y cuidar cuentos, es maravilloso que un niño con un año sea capaz de mirar cuentos, pasar páginas… construyen a través de la experimentación, la observación, crean y crecen… No es jugar por jugar, ni son juegos simples sin sentido, detrás hay mucho trabajo y es necesario saberlo.

Otro de los puntos donde se incide es en cuanto a límites y común acuerdo entre escuela y familia. Muchas veces las familias recurren a la escuela infantil, al educador/a de su niño/a para comentar los aspectos educativos que les preocupan y de forma conjunta se busca una solución. Por ejemplo: el tema de quitarles el pañal, introducir nuevos alimentos… Lo que ocurre en algunos casos es que el educador/a practica en clase lo establecido, pero las familias terminan acomodándose y dejando su parte de trabajo al educador/a. La única persona que sufre las consecuencias de esta contrariedad es el niño, porque es él, el que sale perjudicado de todo ello y se queda a mitad de camino, frustrado ante sus nuevos logros.

Las escuelas infantiles son importantes, debemos confiar plenamente en ellas y trabajar de común acuerdo por el bien de nuestros pequeños.

Clara Lapeña Abadía. Maestra de educación infantil para el portal Educapeques.

POR FAVOR, NO DEJEÍS DE LEER ESTE ARTÍCULO, ES BASTANTE INTERESANTE SOBRE LA LABOR QUE HACEMOS LAS ESCUELAS INFANTILES.


MARISOL

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